La Batalla de Kadesh, primera batalla de la historia
batalla de Kadesh, |
librada a finales de mayo del año alrredor del 1285 A.C fue un combate de infantería y carros en el que se enfrentaron las fuerzas egipcias del faraón Ramsès II y las hititas de Muwatallis. La batalla ocurrió en las inmediaciones de la ciudad de Qadesh, en lo que hoy es territorio sirio, y, tras haber comenzado con ventaja para sus enemigos, se saldó con un gran éxito egipcio, aunque con numerosas pérdidas. A nivel estratégico supuso un empate técnico con, incluso, notables ventajas geoestratégicas para el bando hitita; puede argumentarse que resultaron ganadores si se tiene en cuenta que la batalla supuso el fin de la campaña de invasión de Ramsés II sobre el Imperio Hitita.
kadesh |
Kadesh tiene la interesante característica de ser la primera batalla documentada en fuentes antiguas, lo que la convierte en objeto de estudio minucioso por parte de todos los aficionados e investigadores de la ciencia militar, analistas, historiadores, egiptólogos y militares de todo el mundo. También es la primera que generó un tratado de paz documentado. Además, Qadesh tiene la importancia adicional de ser la última gran batalla de la historia librada en su totalidad con tecnología de la Edad del Bronce
El ejercito egipcio enviado a la batalla estaba formado por cuatro divisiones con un total de 20.000 hombres y unos 2.500 carros, los nombres de las 4 divisiones eran: Amón, Rá, Ptah y Seth.
A la cabeza se encontraba la división Amón (dirigida por Ramsés) seguida a poca distancia por la división Rá, mientras que las divisiones Ptah y Seth se mantenían alejadas formando la retaguardia.
A la cabeza se encontraba la división Amón (dirigida por Ramsés) seguida a poca distancia por la división Rá, mientras que las divisiones Ptah y Seth se mantenían alejadas formando la retaguardia.
Ramses II |
El ejército hitita estaba conformado por unos 40.000 hombres y 3.750 carros, divididos en solo 2 divisiones en una de ellas se encontraba el rey Muwatallis II.
Lo que actualmente se conoce como "ejército hitita" era, en realidad, la fuerza armada de una enorme confederación reclutada en todos los rincones del gran imperio. Estaba compuesta por tropas de Hatti y de otros 17 estados vecinos o vasallos
ejercito hitita |
Como se desarrollo la batalla,
El ejercito egípcio enviado a la batalla estaba formado por cuatro divisiones con un total de 20.000 hombres.
mapa de la batalla, |
A la cabeza se encontraba la división Amón (dirigida por Ramsés) seguida a poca distancia por la división Rá, mientras que las divisiones Ptah y Seth se mantenían alejadas formando la retaguardia.
Una falsa información difundida por unos espías hechos prisioneros por Ramsés, indujo a pensar que el enemigo hitita se habia retirado, y Ramsés ordenó cruzar el Orontes ignorando que las tropas hittitas se escondían tras la ciudad, con un total de de 3500 carros y una división de infantería compuesta por 8000 hombres...
Ramsés alcanzó el lugar de reunión frente a Kadesh, y allí acampó ignorando que las fuerzas hititas comenzaban a desplegarse.
Al acercarse la división Rá, sin sospechar el peligro, su flanco derecho sufrió la carga devastadora de los carros hittitas...
La división Rá, atacada por sorpresa, quedó rota y dispersa. Los supervivientes de la emboscada hittita huyeron hacia el norte, en dirección al campamento egipcio con los carros egipcios pisándoles los talones.
movimientos tacticos, |
La división Ptah todavía estaba saliendo del bosque de Robaui y cruzaba la orilla occidental del río, demasiado lejos como para poder ayudar a la unidad atacada...
El campamento fue invadido y la división Amón sufrió grandes pérdidas. El faraón y su guardia lucharon denodadamente por salir al encuentro de la división Ptah que se acercaba por el Sureste.
Muwatallis envió el completo de sus tropas de carros contra Ramsés, manteniendo a la infantería al otro lado del río.
Mientras, por el Noroeste, se acercaban las fuerzas mercenarias de Amorreos enviadas por el visir egipcio...
Muwatallis envió el completo de sus tropas de carros contra Ramsés, manteniendo a la infantería al otro lado del río.
Mientras, por el Noroeste, se acercaban las fuerzas mercenarias de Amorreos enviadas por el visir egipcio...
Con su valiente, aunque arriesgada acción, el faraón ganó el tiempo suficiente para que las fuerzas de choque amorreas y la división Path llegarán al escenario destrozando los carros hittitas.
hititas avanzan , |
Entretanto, la infantería de Muwatallis seguía sin intervenir siendo inútil cualquier aportación de esta en vista del ingente número de tropas egipcias.
Todo parecía perdido, sin embargo Ramsés II no perdió la cabeza. Trató de reunir a sus soldados pero fue en vano, el pánico y el desorden reinaban por doquier.
Por fortuna los hititas, se dedicaron al saqueo y eso proporcionó un breve respiro al faraón. Loa aprovechó para prepararse al combate, revistió sus atavíos de guerra, montó en su carro, aseguró las riendas de los caballos en su cintura y se lanzó contra sus enemigos.
Su figura se agigantó más allá de las proporciones humanas. Cargó como una tromba, golpeando a derecha e izquierda, hundiendo las filas enemigas y derribando carros y caballos.
Se ha dicho que hay una gran exageración en los relatos egipcios, que no pudo haber enfrentado solo a 2.500 carros enemigos y que el episodio es inaceptable.
Al respecto, debe recordarse que era un joven valeroso (tendría unos 30 años), excelente guerrero, seguro de si mismo y confiado en la protección de Amón, a quien había invocado.
egipcios quedan rodeados |
Por otra parte, el faraón no se enfrentaba a la totalidad de los carros enemigos, muchos de ellos seguían saqueando y el espacio no permitía que se desplegasen y maniobrasen debidamente. Fue en un pequeño sector que se realizó la hazaña del faraón, quien provocó un caos local.
Por seis veces renovó Ramsés II sus furiosos ataques, no dejaba de disparar flechas, sin embargo a pesar de tanto heroísmo, hubiera terminado por sucumbir, inexorablemente sumergido por sus atacantes.
La salvación llegó oportunamente, desde el este. En el momento culminante apareció el cuerpo de los “Nearin” esos soldados de élite que se presentaban puntualmente al sitio de reunión que el faraón les había fijado.
hititas huyen |
Formados en cerrado orden de batalla, escudo con escudo atacaron de inmediato a los hititas. Ramsés II fue liberado del férreo anillo que lo rodeaba, que se dispersó ante la sorpresa. Ante la crítica situación, los hititas se retiraron hacia el sur para reorganizarse.
Ramsés II logró reagrupar a sus carros y apoyado por los “Nearín” se lanzó contra los hititas. El choque de los cuerpos de carros enemigos fue fragoroso, pero ahora el signo de la victoria había cambiado de campo y favorecía a los egipcios. Los hititas no pudieron resistir el asalto y en medio de un gran caos retrocedieron hacia el río.
Una segunda oleada de carros hititas intentó restablecer la situación, pero también fue arrastrada por la derrota. El ejército hitita fue arrojado al río Orontes y buscó salvarse cruzando a nado la corriente
Los textos egipcios relatan que los soldados hititas se arrojaban al río como cocodrilos. Muchos se ahogaron. Muwattali presenció la debacle desde el otro lado del río, no se atrevió a hacer intervenir a su infantería.
Ramsés II quedó dueño del campo de batalla. Al final de las acciones arribó la división de Ptah, intervino en los últimos enfrentamientos y en la captura de prisioneros y botín.
Aunque derrotado en la contienda, el grueso del ejercito de Muwattali se había refugiado en la fortaleza de Kadesh, a la que Ramses puso sitio; en este punto la contienda se estanca y ninguno de los dos puede decidir el resultado, ante esta situación, Muwattali ofreció la paz al faraón. Este comprendió la dificultad de proseguir la campaña, aceptó la suspensión de hostilidades, aunque no un tratado de paz y ordenó el regreso a Egipto,
egipcios arrazando a los hititas, |
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Ramsés II hizo un triunfal regreso a Egipto. El país lo recibió con entusiasmo. El faraón ordenó inmortalizar el triunfo en una serie de escenas e inscripciones. Se escribió un poema que es conocido con el nombre del escriba que lo transcribió, es el poema de Pentaur.
Ramsés II hizo un triunfal regreso a Egipto. El país lo recibió con entusiasmo. El faraón ordenó inmortalizar el triunfo en una serie de escenas e inscripciones. Se escribió un poema que es conocido con el nombre del escriba que lo transcribió, es el poema de Pentaur.
infanteria egipsia |
Al final, ambos ejércitos sufrierón graves pérdidas. Ramsés II obtuvo la victoria moral, pero la batalla quedó indecisa.
El equilibrio de fuerzas entre los dos países hizo que ambos bandos comprendieran sus limitaciones acabando en el acuerdo entre ambos imperios de no agresión, en lo que fue el primer tratado de paz de la historia del que se tiene constancia.
relieve en el templo de luxor, |
El proyecto de tratado, grabado en lengua acadia sobre una tableta de plata sellada por Hattusil III (sucesor de Muwatallis en el trono hittita), se mandó a Ramsés, en su capital de Pi-Ramsés. El tratado, ligeramente retocado en Egipto y aprobado por Ramsés, fue devuelto a Hattus (capital del reino hittita). El ejemplar sellado por Hattusil III, dirigido a Ramsés, en el que se compromete bajo juramento, fue depositado a los pies del dios Rá y su traducción egipcia se grabó en los muros del templo de Amón, en Karnak, y del Ramesseum; el ejemplar que contenía el juramento de Ramsés se depositó en hattus a los pies del dios Teshub, y transcrito en tablas de arcilla se conservó en los archivos reales, donde fue hallado.
Sin embargo, en los años que siguieron los hititas no se atrevieron a enfrentar su ejército a los egipcios, mantuvieron una política de provocar conflictos y sublevaciones en los estados bajo el control egipcio. Ramsés II llevó a cabo varias campañas para asegurar Canaan y Fenicia. Llegó a recuperar Upi y tomar varias ciudades hititas.
Pasados algunos años, el cambio de circunstancias y el peligro asirio, hicieron que el rey hitita Hattusil III buscara el apoyo de Egipto y firmara con Ramsés II un tratado de paz
Pasados algunos años, el cambio de circunstancias y el peligro asirio, hicieron que el rey hitita Hattusil III buscara el apoyo de Egipto y firmara con Ramsés II un tratado de paz
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