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sábado, 8 de enero de 2011

guerra de troya,



Guerra de Troya
guerra de troya

 
troya
La ciudad de Troya, en el norte de la actual Turquía, era una fuerte competidora comercial de Micenas y estaba ubicada en un punto clave de las rutas comerciales, era el paso obligado hacia el Mar negro, zona productora de trigo y compradora de los productos micénicos. Hacia el siglo XIII a. C. esta rivalidad comercial derivó en una cruenta guerra por el control de los mercados, que es explicada por Homero en la Ilíada (los micénicos llamaron Ilión a Troya) por motivos amorosos. Según Homero, Paris, el hijo del rey de Troya, raptó a Helena, la mujer más bella del mundo, esposa del rey de Micenas, Menelao. Esto desencadenó la guerra que duró diez años y tuvo episodios fantásticos como el del caballo de Troya, un enorme animal de madera que apareció en la ciudad como un regalo de los dioses, pero en realidad contenía en su interior a los mejores guerreros micénicos que bajaron de él y sorprendieron a los troyanos.
Schliemann


En 1870 el arqueólogo alemán Heinrich Schliemann excavó la colina de Hisarlik, donde creía que estaba la ciudad de Troya, hallando los restos de la antigua ciudad de Nueva Ilión y bajo la cual halló otras ruinas, y debajo de éstas, otras más. Cada una de estas ruinas daba lugar a los restos de distintas ciudades que parecían haber sido habitadas en épocas distintas. Schliemann pretendía hallar la Troya homérica pero, en el curso de los años, él y sus colaboradores hallaron siete ciudades sepultadas y más tarde otras tres. Sin embargo, quedaba por decidir cuál de estas diez ciudades era la Troya de Homero. Estaba claro que la capa más profunda, Troya I, era la prehistórica, la más antigua, tan antigua que sus habitantes aún no conocían el empleo del metal, y que la capa más a flor de tierra, Troya IX, tenía que ser la más reciente.
Algunos historiadores creen que Troya VI o Troya VII deben identificarse con la ciudad homérica, porque las anteriores son pequeñas y las posteriores son asentamientos griegos y romanos. Otros historiadores opinan que los relatos de Homero son una fusión de historias de asedios y expediciones de los griegos de la Edad del Bronce o del periodo micénico, y no describen hechos reales. Los que piensan que los poemas épicos de la guerra de Troya derivan de algún conflicto real, lo fechan entre 1300 a. C. –1100 a. C


La guerra de Troya tiene sus raíces en el matrimonio entre Peleo y Tetis, una diosa del mar. Peleo y Tetis, no había invitado a Eris, la diosa de la discordia, de su matrimonio y de la diosa indignada irrumpió en el banquete de la boda y arrojó una manzana de oro sobre la mesa. La manzana pertenecía, dijo Eris, quien era la más bella.
Hera, Atenea y Afrodita cada uno agarro la manzana. Zeus proclamó que Paris, príncipe de Troya y piensa que es el hombre más hermoso, que actuará como juez.
paris


Hermes fue a París, y París acordó actuar como juez. Hera le prometió poder, Atenea le prometió la riqueza y Afrodita prometió a la mujer más bella del mundo.
París eligió a Afrodita, y ella le prometió que Helena, esposa de Menelao, que sería su esposa. París, a continuación, preparados para hacer estallar de Esparta para capturar Helen. Twin profetas Casandra y Heleno trató de persuadir a los contra de tal iniciativa, al igual que su madre, Hécuba. Pero París no quiso escuchar y partió para Esparta.

En Esparta, Menelao, el esposo de Helena, tratados de París como un huésped real. Sin embargo, cuando Menelao dejó Esparta para ir a un funeral, París secuestrados Helen (que tal vez fue de buena gana) y también se llevó gran parte de la riqueza de Menelao.
En Troya, Helena y Paris se casaron. Esto ocurrió alrededor del 1200 aC


Troya (Truva en turco) se encuentra en Hisarlik cerca de Canakkale provincia donde los restos de esta gran ciudad, una vez que se puede visitar.
Canakkale
Troya dominaba el estrecho de los Dardanelos, que comunica el Mar Mediterráneo con el Mar Negro, y además las costas del Asia Menor, lo que la hacía gozar de un monopolio comercial. Cada vez más, el mundo micénico se abría al comercio, por lo que Troya era un obstáculo para los micénicos que, ante tan poderosos argumentos comerciales, se unieron bajo el mando de Agamenón para destruir Troya. Pero al margen de esto, Menelao, para vengarse de Paris y recuperar a su mujer, formó un poderoso ejército al mando de su hermano, que terminó por dejar solo ruinas de esta antigua ciudad

caballo de troya
Según la mitología, los griegos vencieron en La Guerra de Troya gracias a un ingenioso truco ideado por Odiseo: construyeron un gran caballo de madera y lo dejaron en las afueras de la ciudad. La curiosidad de los troyanos hizo que el caballo fuera arrastrado al interior de Troya, pensando que el ejército griego se había retirado. Pero lo que no sabían era que dentro del caballo estaban escondidos los soldados griegos, quienes saltaron desde el interior atacando a todos los troyanos y destruyendo totalmente la ciudad de Troya

Según la odisea
Agamenón

 Haciendo cumplir un juramento de unión entre los reyes y príncipes de Grecia, declara la guerra a Troya. Menelao, el esposo afectado, es ungido para llevar ante la ciudad de Paris, su venganza. Una flota de más de 1,000 barcos al mando de Agamenón, rey de Micenas, es organizada para iniciar las hostilidades. Troya, que esperaba las comprensibles represalias, se apresta a luchar.



Aquiles

Diez años tomó a los aqueos conquistar Troya. Y en el transcurso de la guerra, varios hechos, cada cual más funesto que el siguiente, minaría las fuerzas de uno y otro. Aquiles, el gran guerrero aqueo, muere a causa de una herida en el talón causada por una flecha del arco de París, justamente en el único lugar que su madre no protegió. Otra gran pérdida fue la de Héctor y la muerte de Patroclo, amigo entrañable de Aquiles. Nueve años continuados de sitio continuados, de saqueos a las poblaciones vecinas, de batallas extenuantes y sangrientas, agotaron a los dos bandos. Los dioses habían profetizado la destrucción de Troya pero el tiempo transcurrido dejó serias dudas en los corazones de los aqueos, que luchaban casi por la sobrevivencia.

Con la suerte a veces a favor de los aqueos, y en otra a los troyanos, e inclusive con la intervención de semi-dioses y dioses en la lucha, sólo la genialidad de un hombre distinto, Odiseo, inclinaría la balanza: Luego de la hecatombe moral que significó la muerte de Aquiles, ideó una nueva treta: Ordenar al diestro soldado Epeo construir un gran caballo de madera a modo de obsequio y finalización de la guerra. Terminada la obra, los restos de la armada griega fingieron partir y un espía griego, Sinón, convenció a los troyanos que aceptaran el caballo como ofrenda de paz y en honor a Atenea. Los troyanos, pese a las advertencias del sacerdote de Apolo Laocoonte y de  Casandra, hija de Príamo, rey de Troya, aceptaron de buena gana el trofeo. Lo que ignoraban es que dentro del gran equino, cientos de soldados aqueos esperaban la noche para atacar.
Odiseo
La supuesta finalización de la guerra y la victoria de Troya dominaron los ánimos de la ciudad. Embebidos de gloria, sus habitantes organizaron una gran fiesta donde la bebida, el baile y los agradecimientos a los dioses no faltaron. Los hombres aqueos, comandados por Odiseo, esperaban pacientemente la madrugada.
 El progresivo silencio de la ciudad les dio la señal que aguardaban. Los troyanos, absolutamente embriagados, vieron con horror como los aqueos descendían del gran caballo de madera. Incapaces de defenderse, la resistencia fue inútil. La altiva e inexpugnable Troya, 10 años después de iniciada la guerra, era saqueada sin piedad. Se habían cumplido la profecía de los dioses.
homero
La noticia de la caída de Troya lleno de júbilo a toda Grecia. Los principales héroes de esta historia, cada uno con diferentes circunstancias, regresaron a sus patrias luego de cumplir la recomendación que el fantasma de Aquiles hizo: El sacrificio de Polixena, la princesa troyana, hija menor del matrimonio entre Hécuba y el rey Príamo. Todos los grandes jefes de las milicias griegas (Idomeneo, Neoptolomeo, hijo de Aquiles, entre otros) regresaron a sus tierras. El rey Menelao trajo de vuelta a casa a la bella Helena, quien pese a los años transcurridos, seguía irresistible. Eneas, otro de los líderes, recayó finalmente en Italia, donde sus descendientes Rómulo y Remo, fundarían Roma. Sólo Odiseo, el héroe superviviente más insigne de todos, no pudo regresar, maldecido por los Dioses por su poca humildad y genio. La aventura de Odiseo por volver a su tierra, (donde los esperaban su esposa Penélope y si hijo Telémaco) sería el sustrato de otra gran historia de Homero: La Odisea.

Los micénicos estaban en plena expansión comercial y Troya consideraba los Dardanelos como algo suyo. Troya era ya una espina clavada en el costado de los micénicos que, ante tan poderosos argumentos comerciales, se unieron bajo el mando de Agamenón para destruir Troya.
supremacia micenica
Hemos de tener muy presente lo que era el Egeo en aquella época: un auténtico patio de colegio lleno de gente arriba y abajo. Los comerciantes micénicos navegaban por ese pequeño mar .
 Los restos micénicos por todas las costas aburren de lo cuantiosos que son. Los micénicos no se sentían forasteros en esas costas que hoy pertenecen a Turquía, Siria, Israel y Egipto y la experiencia de la conquista de Creta les había demostrado que en el comercio, cuanta menor competencia haya, mejor. Y esa competencia era Troya, la poderosa Troya que les cerraba el paso a Oriente. No es de extrañar que los reyes micénicos decidieran acabar de una vez con la ciudad que les impedía su expansión comercial.
El primer paso fue el dominio de Chipre. Quizás no hubo auténtica invasión, pero sí una toma de poder desde el punto de vista comercial. La propia ciudad de Ugarit, en la costa siria, tenía un barrio micénico dedicado al comercio. La resistencia de los reyes de Ugarit, sometidos a la influencia hitita, a incluir la lengua micénica entre las oficiales de su cancillería demuestra el temor a la influencia que estos guerreros metidos a comerciantes estaban alcanzando por todo el Mediterráneo oriental. Las naves micénicas abandonaban los puertos griegos cargadas con cerámicas lujosas, metales, armas, aceites y ungüentos y regresaban cargadas de oro, marfil, telas preciosas y pasta vítrea en un continuo mercadeo que convertía el Mediterráneo oriental en una auténtica autopista comercial. Era evidente que, bajo el punto de vista micénico, Troya sobraba.
mundo micenico
Lamentablemente, tras la caída de la civilización micénica desaparece la escritura en la Hélade, en un periodo llamado oscuro que muchos autores han descrito como involutivo. Las fuentes de la época se remontan a los datos egipcios y los hititas.

 Estos últimos casualmente también vieron como su civilización caía a la vez que la micénica, así que tampoco nos pueden mostrar mucho. Sólo se ha podido extraer la posibilidad de que la ciudad de Troya fuera la ciudad a la que los hititas daban el nombre de Wilusa, y que ésta si que pudo haber tenido algún conflicto con un pueblo que pudo haber sido de civilización micénica. Los egipcios no mencionan este conflicto.

Las pruebas arqueológicas las hemos mencionado. Una ciudad que pudo ser Troya y que parece haber sido conquistada, quemada y reconstruida como asentamiento de los invasores. Pero esto no basta para confirmar que la Guerra existió y que fue contra los griegos.
En cuanto a los motivos, sólo hay especulaciones. El colapso de las civilizaciones micénica e hitita y las dificultades corroboradas que pasó por la época la egipcia, pueden mostrar que hubo algún tipo de crisis internacional que provoco un cierto declive en el Mediterráneo Oriental.
Se especula que Troya pudo ejercer como intermediario que permitía el intercambio comercial entre estas tres grandes civilizaciones y que la caída de Troya en manos griegas provocó un periodo de ruptura comercial que generó dificultades y conflictos sociales que permitieron, en condiciones en las que la presión migratoria de la cultura de los campos de urnas en Europa central amenazaba las fronteras de las civilizaciones más avanzadas, la penetración de nuevos pueblos indoeuropeos en el Mediterráneo oriental. Este hecho pudo provocar la caída de los sistemas sociales que sostenían las civilizaciones micénica e hitita y que dio un golpe duro a la egipcia
Schliemman

A partir de Schliemman, es posible vislumbrar la verdadera historia de la guerra. Tal como lo creyó el arqueólogo, los hechos cantados por Homero son reales, sí existió una ciudad llamada Troya,  y también una cultura griega micénica. La diferencia está en la forma épica (muy común en los pueblos de la antigüedad) de narrar los hechos. Si nos avenimos estrictamente a las causas de la guerra entre troyanos y griegos, entonces es perfectamente lógico aseverar que éste fue un conflicto de motivaciones económicas. Veamos. Los descubrimientos y conclusiones de Schliemman sobre Micenas dejaron muy en claro que la cultura micénica tuvo una actividad comercial muy grande y al parecer, en continua expansión. Ya que su civilización y los otros pueblos griegos navegaban continuamente en el Mar Egeo, su hábitat marino natural, con seguridad debió llegar un momento en el que quisieran expandirse.

Muchos de aquellos pueblos se expandieron hacia el oeste, donde iniciaron la colonización de los pueblos de la Península Itálica y sus islas; otros, emigraron hacia el sur y conquistaron la isla de Chipre; otros, fueron al este y desembarcaron en el Asia Menor, y en las Islas de Rodas y Creta (cuna del famoso minotauro); y los últimos, fijaron sus objetivos en el norte. Este debió ser el caso también de los micenos, que en sus ansias de exploración, quisieron navegar y mercadear con los  cientos de pueblos a orillas del Mar Negro, importantísimo y rico enclave comercial. Pero la supremacía de Troya, ciudad-peaje del estrecho de los Dardanelos (único acceso al mencionado mar y también única vía de comunicación con el Mediterráneo) debió hartarlos y por ello decidieron resolver el problema con el peso de sus armas.
Troya, ciudad-peaje





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